Se llama DIABESIDAD a la unión de dos
patologías: la diabetes tipo II o insulino no dependiente y la obesidad. La
diabesidad llega a presentarse en el 80% de las personas y esto es por la
pandemia de obesidad que está sufriendo el mundo, especialmente en occidente,
desde los EEUU, y expandiéndose en toda Sudamérica.
Esta enfermedad sólo será erradicada cuando las
políticas alimentarias acompañen a los médicos porque, mientras se avale la
alimentación pro obesidad será muy difícil erradicar la epidemia. Igualmente la
ciencia no deja de investigar todas las posibilidades que pueden revertir el
aumento de peso y la diabetes al que llega un paciente por sus malos hábitos
alimentarios.
Es el caso de una nueva droga llamada LIRAGLUTIDE,
que imita la acción de una molécula de nuestro cuerpo llamada GLP-1. Esta droga
consigue dos cosas: normalizar el azúcar en la sangre cada vez que está alta
(diabetes), y por otro produce un efecto de saciedad, es decir, se logran comer
menos cantidades de alimentos porque cierra el esfínter gástrico (orificio) que
comunica el estómago con el intestino delgado.
Podría decirse que el Liraglutide le dice al cuerpo
que produzca más insulina y al cerebro que deje de comer.
La droga simula ser una incretina (sustancia que es
segregada por el tubo digestivo cada vez que comemos, de corta vida y, con la
función de regular el azúcar en la sangre) y su función es la de regular la
entrada de la glucosa en las células dado que cumple una función semejante a la
insulina. Por otro lado, tiene un efecto de cerrar el esfínter u orificio que
comunica el estómago con el intestino delgado, lo que produce un vaciamiento
lento del estómago y, por lo tanto, aumenta la saciedad. Por estas dos acciones
favorece la pérdida de peso, dado que el paciente come menos cantidad y,
además, disminuye las complicaciones de la diabetes.
Otra ventaja del Liraglutide es que no produce
hipoglucemia (azúcar baja en sangre) a diferencia de la insulina, ya que sólo
modula el azúcar en la sangre cuando está alta pero nunca la lleva a niveles
inferiores.
Esto lo logra gracias a que regula dos hormonas
fundamentales para el equilibrio de la glucosa, que son: Glucagón (hormona que
produce aumento de glucosa en sangre) y la insulina (hormona que produce
disminución de la glucosa en sangre).
La insulina, baja el azúcar más allá de que esté
alta o baja, provocando un riesgo de hipoglucemias, es decir, una disminución
de los niveles de azúcar en sangre por debajo de lo normal, lo que representa
un verdadero riesgo para la salud. Con esta droga los diabéticos tipo II no
tienen riesgo de hipoglucemias.
De todos modos, todo tratamiento de obesidad
complicada con diabetes tipo II, debe tener un programa alimentario
personalizado, que haga hincapié en dar alimentos de bajo índice glucémico
(alimentos que suben muy poco la glucosa en la sangre). Estos alimentos son
principalmente las legumbres (porotos, lentejas, garbanzos, arvejas), las
verduras de hoja y la clara de huevo.
Así, el Liraglutide se indica médicamente a un
paciente que ya aprendió a elegir alimentos libres de grasas y puede controlar
su compulsión por los hidratos. La compulsión por las harinas y los dulces es
necesario tratarla antes de comenzar con esta nueva droga porque puede comer
menos pero mal elegido. La compulsión se trata por medio de precursores que
normalicen la serotonina. Sabemos que la obesidad y la diabesidad se acompañan
en el 100% de los casos con serotonina baja en el cerebro, lo que hace que el
paciente se ponga compulsivo por los hidratos y así no pare de comerlos.
El Liraglutide ayudará a disminuir la cantidad de
alimentos ingeridos, no ayuda en la elección de la calidad. Por esta razón los
pasos en el tratamiento son primero tratar la compulsión para luego, utilizar
esta droga nueva.
La droga debe ser inyectada todos los días, en
forma subcutánea. La ventaja de esta
molécula, que normalmente sale de nuestro intestino, llamada GLP-1, es que
durará como mínimo en el cuerpo 12 horas. A diferencia de la incretina,
sustancia propia sintetizada en el intestino, que es rápidamente eliminada
después de comer.
Al inyectar el Liraglutide, se logra una acción más
duradera que producirá saciedad por más tiempo que lo normal, porque no se
diluye en el intestino.
Claro está que el exceso de peso, más allá de una
cuestión estética, involucra un problema de salud. La ciencia avanzó al punto
de crear una droga que revierte las complicaciones que la obesidad acarrea al
organismo. Falta aún concientizar a la población de los riesgos de esta
enfermedad para terminar por erradicarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario